13.2.06

un dia perfecto

su amanecer como cada dia comenzaba a las seis a.m. y como cada dia afilaba con afán su pala el enterrador. hace tiempo habia decidido dejar de hablar. sus ojos yacían paralelos y roboticos. en aquella nublada mañana vio la figura de un angel armado arrodillado llorando la tumba de dos enamorados, sin vacilar se dirigió a su espalda y permaneció observante tras él. con firmeza alzó su pala y alojó certero su filo entre las vertebras de cupido desplomandose inerte. le preparó su agujero con la misma profesionalidad de siempre y con la última palada de arena que cubrió su tumba, echó a un lado sus cortinas de humo y vió el sol en el horizonte"...ahora es mejor", dijo.sus ojos reflejaron una nueva esperanza. y sonrió...sabiendo que hoy por fin le tocara a él descansar en paz.