en el centro de varsovia

nos soliamos ver para tomar algo o algo asi. pero ese dia me vendó los ojos. cuando me permitió ver, nos encontrabamos sentados uno frente a otro en un frio sotano separados por una vieja mesa de madera deformada por la humedad. sacó de su bolsillo un achacoso revolver y lo posó en el centro de la mesa. clavó sus ojos en mis retinas gritando sin mediar palabra. juguemos pues. agarré con firmeza por la empuñadura, abrí el tambor, vacié por completo el cargador, girando como en las pelis del oeste el tambor y la invité a empezar. ella alzó el revolver, ya en su lado de la mesa, se lo puso en la sien y ¡clack!.como se podia esperar no paso nada. bajó el arma y sin pestañear introdujo balas una a una hasta completar el tambor. cerró, y deslizó la ruleta a través de las grietas de la mesa hasta mi lado...¿se encasquillará?.no se, pero no dependo de mi